Manuel José Quintana

 

Epistolario

 

2003 - Reservados todos los derechos



 

 

 

 

 

Mi buen amigo: El desaucio está

ya hecho y el testimonio irá,

en uno de estos correos inmediatos

, enviado por el Administrador.

Esté V., pues, a la mira, y haga V. que venga la cosa a informe,

pues, por acá, no está mal preparada. Ya sabemos todos lo mucho que

V. nos quiere y no dudamos de su eficacia.

Bueno será, en efecto, tener a la

vista lo de Casas para

perfeccionar la vida de Balboa y componer la de Cortés. Algunos

apuntes saqué yo curiosos en lo que

vi del primero en lo que V.

tenía, y no dudo que en el resto habrá cosas importantes y, sobre

todo, picantes. Entre los apéndices qu

e debe llevar esta vida de

Balboa, uno ha de ser la carta escrit

a por él al Rey, que está entre

los mamotretos de V., y, otro, el

testimonio del descubrimiento del

mar del Sur y posesión tomada de

él, dado por el escribano

Valderrábano: creo que no ha de se

r uno solo, y se han de hallar en

el lib. 29 de Oviedo, que tuve tambié

n entonces a la vista. Estos

los puede ir copiando Antoñito, as

í como la carta; pero a su

comodidad y despacio.

Vea si puede V. brujulear, por al

guno de los papelotes, el día

en que fue degollado Vasco Núñez; igualmente vea V. si Herrera

equivocó y confundió, como yo sospecho, una expedición desgraciada

que supone hecha por Vasco Núñez, en

el año 1514, contra los indios

barbacoas, antes de que llegase Pedrar

ias, con otra que hizo después

al mismo paraje y con el mismo mal éxito, ya mandando aquel vegete.

Herrera hace dos expediciones, y yo me figuro que no hubo más que

una, porque ninguno de los demás auto

res habla de la primera.

Quisiera también que buscase V. un

apunte de Muñoz sobre la querella

que le armó el conde de Puñoenrostr

o a Herrera sobre lo mal tratado

que estaba su pariente Pedrarias en

la historia: y que se copiase

también todo lo que dice Muñoz sobre el particular.

Según la extensión que tiene la vi

da, que está hecha, y la que

debe tener, por necesidad, la de Cortés, con los apéndices que

llevarán una y otra, me figuro que ya

mi antiguo plan de poner en un

tomo las quatro, de estas dos, Pizarro

y Casas, no puede verificarse

y que las dos llevarán cumplidamente un tomo. Por lo mismo tengo más

ansias de hacer la de Casas, y

bien sabe Dios que no quisiera

morirme sin haber hecho este trab

axo y compuesto, a lo menos, una

tragedia que amparase a las otras

dos. Aquí sobra tiempo para todo;

 

 

pero, para unas cosas, faltan medi

os y auxilios, y, para otras,

muchas veces el humor.

Consérvese V. bueno; memorias a su Sra., familia y amigos, y

queda de V. suyo, corno siempre affmo.,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

29 de Enero.

Mi querido amigo: Recibo la de

V., del 24 del corriente, y

salgo, con ella, de un grandísimo cuid

ado: el largo silencio de V.

me hacía sospechar si había alguna n

ovedad en su salud, o en la de

su familia, que le impidiese escribir, y pensaba, de todos modos,

escribir a V. en este correo para

salir de dudas. Una vez que no ha

sido por causa ninguna incómoda, sea en buena hora; pero ruego a V.

encarecidamente que no dexe pasar

nunca tanto tiempo sin decirme,

siquiera en dos renglones, que está

bueno y que se acuerda de mí.

Ahora no es tiempo de que salga bi

en ninguna cosa de aquellas

que pueden sernos de algún provecho.

Se negó lo de yerbas, y no lo

extraño vistas las manos por donde tenía que pasar: el último

informe echaría a perder, sin duda,

todo lo que se hubiese ganado en

la instrucción anterior, y es vi

sto que, por ese lado, estos

atrasadísimos grangeros

no adelantarán nada.

Lo mismo digo en quanto al despacho de Manuscritos y Quadros.

Por más diligencias que V. haga, en fuerza de su buena amistad, para

sacar de ellos algún partido que me sea ventajoso, verá V. como nada

conseguimos: el tiempo es

malo, y para algunos peor.

Siento este contratiempo, más

ahora que en otra ocasión

cualquiera, porque, estando ya para

rematarse el primer bosquexo de

mi Fraile, tengo pensamientos, después que esté acabado, de dar una

vuelta por Sevilla para registrar

algunos papeles del Archivo, y

recorrer diferentes librotes vi

ejos, a fin de enriquecer y

puntualizar más la narración. Y V. conoce muy bien quán útil me

sería, para esta expedición, el di

nerillo que pudiera recogerse de

esos pergaminos y pinturas.

Quando V. me diga que piensa acer

carse a registrar a Barrantes,

enviaré una Nota de lo que deseo que se tenga allí: no lo hago de

pronto porque para extenderla necesito

tiempo, y, hasta que acabe mi

Fraile, no tengo cabeza para otra cosa.

Por lo que V. va encontrando respecto de la muger 1ª del gran

Capitán, veo que desenterraremos completamente esta hembra, tan

pasada en silencio por sus biógrafos

. Ya se acordará V. que, por ese

silencio, creíamos nosotros que podr

ía ser alguna gitana; mas, por

lo visto, nos engañábamos.

Cuídese V. mucho, expresiones a

la familia y no olvide a su

afectísimo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

6 de febrero.

Amigo mío: en el correo pasado fue el testimonio del desaucio y

lo aviso a V. para su gobie

rno en el asunto consabido.

No hay necesidad de copiar más

que la segunda carta de Balboa,

esto es, la del 16 de octubre de 1515,

porque es a lo que se refiere

el texto de la vida. Tampoco se de

be copiar de Oviedo más que los

dos testimonios de Valderrábano,

los quales pueden servir como

documentos útiles e instructivos en el apéndice. Lo demás no es

necesario.

Una vez que, según V. me indica, es

más fácil y menos expuesto

recoger y remitir los documentos relativos a la Vida de Casas que

los de la de Cortés, alteraré mi pl

an y haré antes aquélla que ésta.

Váyalos V. recogiendo, según le parezca, y ya avisaré quando podrán

venir. Entretanto, para distraerme

de cosas serias y tristes, echaré

algunos requiebros a las Musas y veré

lo que puedo sacar de ellas en

esta primavera.

No puedo más por hoy; consérvese

V. bueno y ame siempre a su

affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].

A D. Antonio Uguina.

Calle de la Salud.

Madrid.



 

14 de Febrero.

Mi querido amigo: Doy a V. el pa

rabien, y me lo doy a mí mismo,

por la mejora que va sintiendo en

su salud, y ya no dudo que, con el

tesón que V. tiene en guardar esas

dietas y esos exercicios, la

acabe de recuperar toda entera. La

estación, a la verdad, está bien

cruel, pues hace dos días que, aun en este país, no me he atrevido

yo a salir a la calle de miedo al fr

ío: y, si, en ella, ha hecho V.

los progresos que me dice, ¿qué no debe esperar quando el tiempo se

mejore? ¿Le han recetado a V., por

ventura, friegas por todo el

largo del espinazo? A un vecino mío, que

aquí padecía estos días de

los mismos bahidos, le han surtido muy buen efecto.

También le doy a V. el parabién por el recién nacido, pues,

además de la satisfacción que a todo padre resulta en semejante

caso, es una prueba de vigor y robus

tez que nos asegura a todos de

que todavía nos vivirá V. mucho tiempo.

Mucho me alegro de que el suegro

tenga ya al yerno y a su hija

en casa: dígaselo V. a todos ellos,

de mi parte. Días pasados le

escribí condoliéndome con él de la mu

erte de su muger: me contestó,

y, según decía, aún no tenía la cabeza

bien firme para proseguir sus

útiles trabajos. Por lo que V. me dice, veo que ya está más fuerte y

que ha vuelto a la batalla con Ve

spucio, de la cual el pobre

florentino saldrá asaz mal parado. Te

nga paciencia, y que no hubiese

sido ni charlatán ni embustero. La

verdad y el público ganarán, sin

duda, mucho en estas nuevas investigaciones de nuestro amigo.

Yo, desde que, por Navidades, acabé el bosquexo de Pizarro, por

variar de objeto, me he puesto a re

volver los librotes que pedí a V.

de la época de don Juan el 2º. Ví

nome el año pasado la tentación, o

por mejor decir, la chochez de probarme a hacer una tragedia

histórica de D. Álvaro de Luna, lu

ego que acabase la vida del jayán

truxillano. Ya estoy tirando algunos ras

gos perdidos en este nuevo

trabaxo, desusado por mí tantos años ha. Si V. habla de esto con

nuestro amigo el Viagero propóngale es

te problema: ¿Dónde se hallaba

Juan el 2º al tiempo de la ex

ecución del Condestable? Las dos

Crónicas, del Rey y de D. Álvaro, le dan en Escalona y los

documentos diplomáticos, puestos en los Apéndices de la última,

confirman esta opinión. Pero el Bach

iller de Cibdad R.l, en sus

epístolas, da al Rey en Valladolid,

y le pinta con el

sobresalto y

agitación consiguientes a aquella s

ituación: aún dice expresamente

que fue invitado por el Rey a que fuese a consolar al reo en la

noche de su agonía. ¿A quién creer:

a este testigo de vista, y en

algún modo actor de lo que allí cu

enta, o a las Crónicas y a los

documentos? Esto no hace nada para la

tragedia; pero sí es notable

para la certidumbre histórica, qu

e con tales contradicciones se

menoscaba infinito.

En cuanto a los dos mil R.s de los pergaminos, vea V. si es

posible que, en esta primavera, se

pueda hacer a gusto el trasiego

de los librotes y trastos viejos

y, en tal caso, estarían ahí, en

poder de V., hasta que se empiece esta maniobra y en ella se

emplearán. Pero si V. considera qu

e no puede realizarse tan pronto,

me avisará V. para acomodarles a mis necesidades de aquí.

Que la Señora se restablezca, y V. se tenga firme, y queda

suyo, como siempre affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

6 de Marzo.

Mi querido amigo: Recibí a su debi

do tiempo la de V., de 18 de

enero, y con ella salí del cuidado en que estaba respecto de su

salud. He tenido después, diferentes

veces, noticias de que sigue V.

sin novedad, y si Antoñito, co

mo supongo, se ha acabado de

restablecer, nada me queda en

esta parte que desear, sino que

prosiga su buen estado por muchos años.

Diga V. al amigo N.te que he

recibido y apreciado mucho su

esquelita y que suspendo el contesta

rle hasta poder darle una amplia

noticia de las Cartas de Colón y poemas de su hijo don Fernando, que

una casualidad ha hecho no estén ya

en mi poder; pero que espero

tenerlas de un día para otro. En

tre tanto dígale V. que, por la

parte de donde vienen, no me pres

umo que tengan la procedencia que

él se figura.

Yo estoy acabando, como ya he dicho a V., con mi Condestable,

según me lo permiten los desabrimientos que son harto frecuentes en

mi situación, y los dolores de cabeza, que no lo son menos, con las

nieblas y solanos que reynan aquí,

se puede decir, todo el año.

Creo, sin embargo, terminar el bosquejo de esta vida en el mes en

que estamos, y, luego que esté concluida, formaré un interrogatorio

para que entre V., el amigo N.te y

el Archivo de Simancas me lo

llenen, si se puede.

Las tres vidas de Casas, Pizarro

y don Álvaro, para cada una un

libro, según el plan que me he

propuesto en ellas, y para

corregirlas, pulirlas y rectificarlas

y aumentarlas, según den de sí

las nuevas investigaciones que se hagan, necesitaré lo menos otros

dos años, y aún creo que no serán ba

stantes. Así es que nada me

propongo hacer de nuevo, a no ser qu

e las Musas, tanto tiempo

olvidadas, me llamen la atención

y la fantasía hacia algún objeto

que lo merezca.

Doy a V. el parabién por la vi

ctoria conseguida contra ese

jayán malandrín, y deseo que, además

de ser gloriosa, le sea a V.

muy útil.

Páselo V. bien, y queda de V. como siempre affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].

 

 

 

¿No pudiera derretirse ese grande

Simeón flamenco? Lo que en

venta pudiera dar de sí no vendría ya

mal; igualmente que la de los

payses de Iriarte y la del Baco. Acuérdese V.

Epistolario

Manuel José Quintana

 

Copyright (c) Universidad de

Alicante, Banco Santander

Central Hispano 1999-2000

Epistolario

Manuel José Quintana



 

23 de Abril.

Mi buen amigo: Recibí, a su debi

do tiempo, la carta de Vd., del

22 de Febrero, y no he escrito despué

s, esperando a que, de un día a

otro, se pidiese el informe sobre

la solicitud de Yerbas, y que se

ofreciera proporción de algún traginan

te que pudiese hacer lo de

Casas.

Los informes no se han pedido todavía, y esto nos hace creer

que se habrán concertado los past

os nuevamente con los Sorianos, y

que no habrá lugar a lo que se pe

día por los grangeros de aquí.

Es regular que, a principios del

mes que viene, vayan arrieros

de la Zarza a esa, los cuales, a su

vuelta, pueden

traer todos los

libros y papelotes que Vd. crea necesari

os para escribir

la vida de

aquel buen fraile. Tenga Vd. presente que no he traído conmigo más

que algunos libros clásicos de Humani

dades y que, por consiguiente,

no tengo aquí auxilio ninguno para esa

clase de trabajo. Haga Vd. un

cajoncito con todo, incluyendo una resma de papel sellado de desecho

para borradores, que Vd. me compra

rá, la cual cuidará Vd. que sea

blanca y fina, aunque tenga los sello

s. La dirección del cajón será

a D.ª Inés Pizarroso, y hágalo Vd. ll

egar cuanto antes a casa de mi

primo D. Clemente Reboles, que vive

calle de la Encomienda n.º 9,

2.º, de donde lo recogerán los arrieros.

Vamos a otra cosa. Con las idas, venidas y estudios a que me he

visto precisado desde que no nos vemo

s, el repuestillo de ahorros

que yo había hecho para este caso se

ha ido apurando de modo que no

estoy lejos de ver la casa en la ne

cesidad. Aquí, a la verdad, gasto

menos; pero siempre necesito gastar algo para aligerar mi carga a

estas buenas gentes, que no tienen ah

ora las facultades que antes

tenían. Tampoco es mi ánimo que Vd. se moleste en lo más mínimo para

socorrerme: hartas veces lo ha hecho Vd. con la fina y generosa

amistad que siempre le he merecido y

con la desgracia, por mi parte,

de habérseme enredado las cosas

de tal modo, que no me ha sido

posible todavía llenar estas obligaci

ones. Por su parte ni las cosas

están ahora como en otro tiempo, ni

las muchas y sagradas atenciones

que Vd. tiene sobre sí consiente

la repetición de los mismos

sacrificios: es preciso, pues, apelemos a otros medios.

Aunque no es esta la mejor época

para vender, tal vez no será

difícil hallar ocasión de despach

ar con ventajas algunos de los

cuadros que están en poder de Vd. Por ejemplo, El Simeón - La Sacra

Familia de Murillo - Los Desposorio

s - La Concepcioncilla del mismo

- El Baco - Los dos martirios -

La Santa Ana de Parso, podrán,

acaso, hallar compradores entre los ex

tranjeros aficionados a esas

cosas, y si les encontrase propor

ción, sería bue

no no perderla.

Igualmente si hubiera algún curios

o que quisiera cargar con los

manuscritos antiguos, y los tornas

e con alguna estimación, no tenga

Vd. reparo en salir de ellos. Esto todo se entiende en la excepción

de que si alguna de esas cosas, sean

libros o cuadros, la quiera Vd.

para sí, se quede Vd. graciosamente con ella.

Disimule Vd. estas impertinencias

de un menesteroso lugareño y,

dando expresiones a la Sra. y toda

la familia, disponga de la

invariable voluntad de su affmo,

Manuel Josef.



 

1 de Mayo.

Mi querido amigo:

Incluyo esa carta para nuestro vi

ajero, por la cual verá Vd.

que han salido defraudadas nuestras es

peranzas en los documentos que

me ofrecieron relativos a Colón. Di

os quiera que salgamos mejor en

los que me han prometido sobre Pizarro.

Pondré la nota de lo que por ahor

a me parece necesario para la

vida de don Álvaro y la enviaré cuan

to antes: mas en este verano no

pienso trabajar nada de historia

; sólo me ocuparé de versos

antiguos, que es materia ligera y

propia para tiempo de calor.

Por Dios pido a Vd. que vea si podemos salir de Simeón, Baco y

Países de Iriarte; es absolutame

nte indispensable hacer ya el

trasiego y mi extenuado bolsillo ha

llevado estos días un pellizco

tan grande, tan inesperado y tan indispensable, que necesito de ese

refuerzo para atender a la tras

lación proyectada de los efectos

consabidos, y a otros objetos

de uso personal y preciso.

Adiós; memorias a todos, y siempre de Vd. affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

7 de Mayo.

Mi querido amigo: Desde la carta

que V. me escribió, en 9 de

marzo, satisfaciendo a muchas de mis preguntas sobre Casas, nada nos

hemos dicho. Yo, desde entonces, hice una romería para salud y

distracción que tuvo que ser muy cort

a porque el tiempo no está para

esta clase de desahogos, y que me

ha traído hartas desazones y

cuidados, a pesar de la circunspección y precauciones con que la

emprendí. Estoy bueno, sin embargo; sé

que V. lo está también y esto

es lo principal.

Casas, entretanto, descansa en su borrador; el cual no saldrá

del estado informe que ahora tiene sino cuando pueda por mí mismo

recojer, en las obras de aquel hom

bre singular, los rasgos que me

faltan para acabar de retratarle

con seguridad. Esto, por lo visto,

o no podrá ser nunca, o será tarde, y aunque no me pesa de haber

empleado mi tiempo en un objeto de ta

nto interés, siempre me amarga

el no poder perfeccionar mi trabaxo en

el grado y forma que debiera.

Paciencia.

Esta misma consideración me acobarda para empezar con Hernán

Cortés, pues aunque los sucesos princi

pales de su vida se deducen

bien de lo que dice Herrera, Gómara, Bernal Díaz y demás libros que

V. me ha remitido y tengo a la vista, la novedad que ha de haber en

la nueva relación ha de consisti

r en lo que se saque de los

documentos inéditos y de los avisos y advertencias que yo recibiría

ahí de los que tienen conocimientos

de las cosas de Indias y del

auxilio que encontraría en las Bi

bliotecas y Archivos de esa

Capital.

A todo esto es preciso renuncia

r por mucho tiempo, o para

siempre; y el ánimo desmaya al emprender un trabaxo que por

necesidad ha de quedar incompleto.

Tengo ya despachado el libro de Re

mesal para devolvérsele a V.

a la primera ocasión segura que se ofrezca, y, si para entonces

hubiese desistido enteramente del pensamiento de hacer la vida de

Hernán Cortés, irán también el Gó

mara, el Bernal Díaz y las cartas

de Herve, que, no siéndome libros necesarios, deben volver a buscar

sus compañeros para que no descabalen

la preciosa colección de V.

No sé quando se ofrecerá esta ocasión porque los arrieros no

avisan todavía de que van: yo la de

seo para leer los dos tomos de

Colón, que Regás me ha dicho tener empaquetados para mí. Quando V.

vea a su autor déle mil afectuosas expresiones, de mi parte, y

dígale el mucho sentimiento que te

ngo de no haberlos devorado ya.

Me ha venido el deseo, o si se

quiere la extravagancia, de

recorrer un poco los tiempos de nuestro Juan el 2.º. Vea V. si me

puede recoger la Crónica de este Rey, de la edición de Valencia, la

de D. Álvaro de Luna, impresa por

Sancha y el Centón Epistolar de

Cibdad Real, con cualquiera otra co

sa que, a juicio de V. y del

amigo N.te, sirvan a dar luz a las costumbres y cosas de aquel

Reynado, principalmente a las del Condestable, y, si puede ser, que

estén a punto cuando los arrieros vengan.

Estos libros vendrán y volverán; por

lo cual no se detenga V.

en pedirlos prestados si no los ti

ene. Regás los recogerá para

remitírmelos.

Tenga V. mucha salud y disponga de su affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

19 de Mayo.

Mi buen amigo: Agradezco infinito

los nuevos esfuerzos que V.

ha hecho para ayudarme en mi estrechez actual; pero repito que no

quiero que V. se moleste y haga má

s sacrificios por causa mía: con

lo que produzcan esas curiosidades, si se despachan con alguna

estimación, me puedo yo ir bandeando, y harto favor me hace V. si,

por su medio y diligencias, puedo sacar partido de esas cosuelas.

Incluyo la lista de los Quadros que

deben venderse si hay quien

los compre. Los precios van algo altos, porque yo supongo que, en la

actualidad, sólo los que tengan mucho

dinero podrán entrar en esta

clase de compras. Mas, para su gob

ierno de V., le digo que el Simeón

puede rebaxarse a ocho mil r.s; la Sacra Familia a tres mil, los

Desposorios a ochocientos, a igual cantidad los dos payses de

Iriarte y el Baco a mil.

En los retratitos no rebaxo, nada porque son una cosa de gusto

que merece ese dinero, y, también, porque si hay facilidad de

despachar los que van referidos arri

ba, quisiera que se reservasen

esos con los demás de que, por ahor

a, no pienso disponer. Esto se

entiende en el caso de que V. no se

halle comprometido en darlos al

Cónsul con los manuscritos, porque, en

tonces, deben correr su suerte

y derretirse sin misericordia.

Todo cuanto va dicho sobre el

particular se sugeta a las

reformas y variaciones que V. tenga por convenientes. V. conoce el

objeto, y, según él y según las o

casiones que se ofrezcan, la

prudencia y la amistad de V. arbitr

arán lo que le parezca mejor.

Yo no sé quando saldrán estos zarceños para Madrid; ellos

dixeron antes que a principios de

l mes, y todavía no se mueven.

Pero, más tarde o más temprano, no dexarán de dar la vuelta y,

entonces, lo traerán todo. Usaré de

l Herrera y de los manuscritos

como cosa propia; pero, luego que me

hayan servido para el intento,

se los devolveré a V. porque de lo

s unos no habrá necesidad, a menos

de tenerlos que poner como apéndices;

y V. sabe que entre mis libros

hay un Herrera y no hay necesidad de que V. se prive del suyo; mas

por ahora me viene de perlas, porq

ue quién sabe quándo podré yo usar

el mío.

No se olvide V. de ponerme en la segunda remesa un exemplar de

la vida de Cervantes por Navarrete

, que quiero tener presente quando

yo dé un repaso a la vidilla que hi

ce en otro tiempo. Si V. no la

tiene, pídasela al autor en calidad

de préstamo, pues, luego que

esté despachada, se la devolveré.

Quisiera que la afición a inqui

rir no dilatase demasiado la

empresa de nuestro amigo: yo, si fu

era que él, iría a pasos largos

en la publicación de lo que hubiese

recogido, sin perjuicio de dar,

en adelante, lo que encontrase de nuevo. Me temo que, por esta

razón, suceda a esta obra lo que a

tantas otras ha sucedido entre

nosotros: que se empiezan y no se acaban.

Mucho me alegrara de que toda

vía pudieran conseguirse las

yerbas pretendidas: en caso de

no, siempre habrá lugar para

pretender alguna rebaxa en las

que disfrutan ahora un precio

excesivo, confesado por el mismo Administrador.

Adiós: memorias: y es de V. affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].




LISTA DE LOS QUADROS QUE HAN DE

VENDERSE, CON SUS PRECIOS:

Rubens:El Simeón10.000 r. v.

Murillo:La Sacrafamilia04.000 » »

Id.: Los Desposorios01 000 » »

Los dos retratitos03.000 » »

Escuela de Guido:El Baco01.500 » »

Iriarte:Dos payses01.000 » »

-------------

20.500



 

27 de Mayo.

Amigo mío: Ya habrá V. recibido una mí

a, en que le daba cuenta de mi

persona, al cabo de tantos días de

silencio: también yo he recibido

la de V., del 19 del corriente, y ce

lebro que disfrute de tan buena

salud en compañía de los suyos: en la mía no hay novedad, ni tampoco

en la de mi familia.

Siento mucho que no se haya proporcionado viage de zarceños,

hasta ahora, para traer los dos tomo

s de viages y los documentos que

V. me envía para la vida de Casas.

Esta descansa, como ya dixe a V.

en mi anterior, porque ni el humor

está a propósito para pulirla y

abrillantarla, ni, aunque lo estubier

a, me pondría a, hacerlo hasta

tener todo el completo de noticias

y de datos correspondientes, y el

auxilio de una infinidad de libro

s que tengo que consultar para

rectificar y puntualizar

lo que ahora no son más que indicaciones.

Todo esto me falta, y, sobre todo, las obras del mismo Casas, que,

como V. y el amigo N. dicen bie

n, son absolutamente precisas para

conocerle cual era: Así es que me desaliento, y me falta ánimo para

echar los ojos al borrador que

tengo trabaxado. Tal vez con los

apuntes que V. me vaya enviando, y

con ocasión de dar lugar en lo

escrito a lo que arrojen de sí,

repasaré estos papeles, y los

acepillaré algún tanto, según el humor me lo permita, para que estén

menos imperfectos.

Venga lo de Guzmán quando ser pueda y, con ello, la vida

impresa recibirá algunos aumentos y mejoras que no la estarán mal.

Barrantes es más copioso que Mediana, y acaso tiene también más

autoridad.

He pedido a V. libros referentes a

Juan el 2.º y a D. Álvaro de

Luna porque en el caso de resolverme a no emprender la vida de

Hernán Cortés, por la imposibilidad

de tener a la mano los socorros

necesarios, el Condestable me dará ocupación, y para lo que pienso

hacer, pocos libros bastarán, con tal que sean del tiempo y

abundantes.

Bien me alegrara yo deque se veri

ficase la venta de algunas de

esas miserias para darme una vuelt

a, con su producto, pues ya lo

necesito; y, sobre todo, para atender

al gasto que ha de ocasionarme

la diligencia, ya indispensable, de

sacar, sacudir y trasegar mis

libros, y tener algunos acá, que me

son absolutamente precisos para

trabaxar con seguridad: sobre ello tengo escrito a su lacayo de V.,

con quien podrá hablar a la larga.

No me envíe V. la lista de los

ms. porque ya me la envió V. y, en cu

anto a precios, repito a V. lo

que le tengo dicho, que los arregle V. con quien entienda,

poniéndoles el que tendrían, si

estas cosas tubieren ahora

estimación, y, al venderlos, hacer la

rebaxa que las circunstancias

prescriban. En dando 2.000 r.s por

ellos, despáchelos V.

Mas dudo mucho que esto ni nada se verifique, porque hace mucho

tiempo que tengo la fortuna torcida y

todo me sale al revés de como

lo pienso.

Manténgase V. bueno; memorias a

los de casa, y queda siempre

suyo affmo,

M [anuel]J [osef] Q [uintana].


 

Casas, según Remesal, llegó a Chiapa algunos pocos días antes

del 12 de Marzo de 1545, que fue quando llegaron los P.P. Dominicos.

El obispo les envió regalos para

el camino y los fue a visitar.

 

 

3 de Junio.

Mi querido amigo: Acabo de recibi

r la de V., de 30 del pasado,

y quedo enterado de quanto me dice en ella respecto de Vidas, y

rebusco de noticias y datos para ella

s. Abrazo el consejo que V. me

da de anteponer la vida de Pizarro

a la de Hernán Cortés, así por la

razón que V. indica, como por otras relativas a la mejor facilidad

con que puede desempeñarse una cosa

que otra. El Héroe de Medellín

presenta un asunto más hermoso, pero infinitamente más arduo y

peligroso por lo mucho que ya se ha

escrito acerca de él, y por las

comparaciones a que uno se expone necesariamente con las buenas

plumas que se han exercitado en su

s proezas. Pizarro ha sido menos

manoseado y se puede salir de él co

n más lucimiento. Vaya V., pues,

echando el ojo a lo que me pueda co

nvenir para ilustrar y dar alguna

novedad a este trabaxo, y no parecer

ser mero copiante de Herrera.

Esto sea sin perjuicio de que

vengan, al instante, las dos

crónicas, el centón epistolar y de

más respectivo a Juan el 2.º;

porque lo que se me ha ocurrido ace

rca de esto es una fantasía

enteramente distinta que no me di

straerá del objeto principal.

También me procurará V., si puede

, una vida de Cervantes por

Pellicer, y aun el Quixote, todo con

sus notas, a la edición chica,

porque pese menos y haga menos bulto, (prensado, se entiende), y que

venga también ahora.

V. dirá que para qué; y yo le

respondo que, quando tenga quatro

ratos de buen humor, pienso dar una

vuelta a mi noticia de Cervantes

y hacerla más digna de la mención

honrosa que de ella hace el amigo

Navarrete y de mi nombre que él

ha querido manifestar allí. Tengo

aquí la suya, que V. me envió;

tengo también la de Ríos y quiero

también tener a la mano la de Pe

llicer. De todas quiero servirme

para rectificar y mejorar mi co

mpendio, y procuraré que no se

parezca a ninguna de ellas.

La ocasión que ahora se presenta

para tener todo esto, y demás

que V. quiera enviarme, es la sigui

ente: Un pariente mío, sobrino

carnal de Teresita, pasa a ésa

a despachar unas bacas, y se

presentará a V., con carta mía, a

saludarle de mi parte, de mi

hermano Mariano y de mis primos. Es mozo de excelente carácter, de

razón muy despexada, y me quiere mu

cho; y, por todo, es muy acreedor

a mi cariño y a mi confianza: por lo demás, labrador llano y

sencillo, y con él son escusados cumplimientos y ceremonias. Este se

vuelve, fuego que despache las re

ses, y puede traer cualquiera

matalotage.

No extrañe V. que, a, veces, me

dexe poseer del desaliento. La

falta de auxilios, la falta de trato y comunicaciones, quitan la

confianza de trabaxar con aci

erto; y, aun quando éste se

consiguiese, ¿cómo imprimir despué

s? Las cosas de América son, sin

duda, interesantes en la actualid

ad; pero nunca más delicadas y

espinosas de tratarse, principalmen

te si se consideran por su

aspecto moral. Absolutamente hablando,

puede prescindirse de éste en

las Vidas de Balboa, Pizarro y Hern

án Cortés; ¿pero de qué manera

desentenderse de él

en la de Casas?

Adiós, amigo mío: mil cosas a la familia, y queda siempre suyo

affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].


 

Acaba de llegar la resolución sobr

e el lance fastidioso de mi

romería: es bastante favorable y

satisfactorio: pue

do volver allá

quando quiera, sin que se me haga im

pedimento. Esto no lo haré por

ahora; pero se ha salido del paso.



 

14 de junio.

Mi querido amigo: Si a V. no le si

rve de incomodidad, hágame V.

el favor de poner en poder de los

Señores Baulenas y Oliver, vecinos

de Madrid, que viven en la calle

de la Montera, casa del Banco

Nacional de San Carlos, quarto 2.

º, 1.715 r.s v.n por quenta de

Manuel Blanco, residente en Cabeza de Buey.

Con el recibo que le darán a V. en estos términos, tomaré yo

aquí de Blanco dicha cantidad. El

convencimiento de que ya no es

posible hacer, como quería, el tras

iego de efectos proyectado, y la

necesidad de tapar otro ahugero más

urgente, me hace aprovechar esta

ocasión que se me ha ofrecido de pr

onto. Los 285 r.s restantes ya se

les dará aplicación en algún otro encarguillo que ocurra, y que

haré, bien a V., o bien a Regás.

Las diligencias que nuestro amigo ofreció hacer para la

licencia consabida van muy despacio

o están del todo suspensas; yo

supongo que no habrá encontrado el cam

ino tan fácil como él se

imaginaba, y, en tal caso, apruebo su reserva. Mas dexemos esto que,

por su naturaleza, no es agradable, y vamos a otra cosa.

Dixe a V. que iba a empezar con D. Álvaro de Luna, y de hecho

empecé y tiré algunos rasgos fundamentales para el trabaxo

proyectado. Mas en medio de esto, que yo no sé cómo fue, que se

metió Cervantes por medio, y me he entretenido, estos dos meses, en

hacer el nuevo trabaxo que quería hacer acerca de él. Ya está hecho

y se me figura que le ha de gusta

r a V. cuando le vea. Las tres

vidas, que he tenido aquí a la vist

a, de Ríos, Pellicer y Navarrete,

me han servido mucho para corregir y fijar hechos, especialmente la

última. Pero mi obrilla no se pare

ce a ninguna de ellas. Si nuestro

amigo no me hubiera mentado y señalado

como autor de la Noticia que

se puso en la edición de la Impr

enta Real, no me hubiera metido en

esta tarea; pero los respetos que

uno se debe a si propio, y los que

se merecen Cervantes y la verdad, me obligaban a ello.

Ahora seguramente daré tras de

D. Álvaro y aprovecharé los

libros que V. me envió; y, aun quando no sea tragedia, por no tener

la fantasía descansada y desahogada

como sería menester, por lo

menos será una vida que se añadirá a las otras, y que me atrevo a

asegurar a V., de antemano, que no ha de ser la que se lea con menos

gusto y provecho.

Supongo que ya, con la templanza

y beneficio de la estación,

estará V. enteramente restableci

do de sus vahídos; yo tampoco he

vuelto a tener resuello ninguno de mi

s flatos, y lo celebro mucho,

porque si vienen otra vez y se agregan al insufrible aburrimiento y

fastidio de que casi siempre estoy poseído, mejor será rebentar que

infartos.

Adiós, amigo mío: cuídese V. mu

cho, expresiones a la Señora y

familia, y queda suyo, como siempre,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

16 de Junio.

Mi buen amigo: He recibido la cart

a de V., del 7 del corriente,

y quedo enterado de lo que me dice en quanto a quadros y

manuscritos, sobre lo qual nada te

ngo que advertir, pues lo que V.

haga será lo mejor.

Hace quatro días que está en mi

poder el caxón de los libros y

el papel, todo en buen estado y en la misma forma que V. lo colocó.

Tengo ya repasado casi todo el Remesal, y por cierto que es una

buena mina de noticias, y muy punt

uales según la conformidad que

guardan con las de Herrera. Quisiera

saber si, entre los libros que

cita Robertson como consultados pa

ra la historia, está comprendido

éste; pues, si mal no recuerdo, hay ba

stante variedad en el modo y

época en que se quentan algunos sucesos.

También quisiera saber si el P.

Fr. Bartolomé se firmaba Casas

o Casares.

Ítem: Si él habla en su histor

ia de su proyecto de negros.

Acaso se encontrará, en lo que habl

a de sus gestiones en España, en

el año de 1517, que fue quando lo pres

entó a los Ministros de Carlos

V. El trozo en que se habla de esto, así en Remesal como en Herrera,

es idéntico, y puede tal vez esta

r copiado del mismo Casas.

También verá V. si se puede en

contrar por ahí un exemplar del

elogio de ese Fraile, escrito por Gr

egoire, más de veinte años ha.

El amigo N.te dará tal vez raz

ón, pues es probable que algún

ejemplar viniese de regalo a la

Academia de la Historia.

Así mismo será bien tener a la vi

sta el Epítome que se escribió

para el retrato publicado en la Impr

enta Real entre los de Varones

ilustres, por si acaso hay alguna especie de importancia que

convenga extender o ilustrar.

Como los zarceños harán todavía

un viaje, por Julio, a ésa y,

después, no vuelven hasta otro año,

será conveniente aprovechar la

ocasión para traer estas frioleras;

y algún otro libro, que una vez

que ya está aquí el Herrera, me

agradaría tener,

por si acaso,

después de hecho el trabaxo sobr

e Casas, me viene tentación de

bosquexar la vida de Cortés, para

después completarla y corregirla

con la vista y cotexo de los docum

entos originales que V. tiene.

Estos libros son - El Bernal Díaz

- Las Cartas de Cortés - La

Vida por Gómara, de la edición antig

ua -. Qualquiera otra relación,

ya impresa, ya manuscrita, que a V. le parezca oportuna, y no

importe nada exponerla a los riesgos del camino.

Téngalo V. prevenido todo, que yo avisaré quándo van los

arrieros para que V. lo haga llevar a casa de Clemente, de donde

ellos lo recogerán.

Mas basta ya de encargos y molestias; manténgase V. bueno,

memorias a la Señora y toda la familia; recíbalas V. de esta casa, y

disponga, como siempre, de su affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

25 de junio.

Mi querido amigo: Acaban de llegar, a un mismo tiempo, a mis

manos, la carta de V., del 20, y la remesa de libros y papel, sin

avería ninguna. Doy a V. gracias por

su cuidado y prolixidad, y no

dudo tener, con este matalotage, lo

suficiente para entretenerme, no

sólo este verano, sino también el invierno que viene, pues las

diferentes tareas que me propongo si

empre ocuparán todo este tiempo.

Pizarro está ya en el telar, y

su primer bosquexo será obra para

este verano. Luego entrará la segunda mano de Casas, con vista de lo

que V. me ha enviado; y nuevas id

eas y reflexiones a que supongo me

obligarán la lectura de los opúsculos

impresos y la de la obra de

nuestro amigo. No para variar mi dictamen acerca de aquel hombre

célebre, sino para confirmarle y robus

tecerle. El diverso objeto que

yo me propongo, y el diferente punto de

vista baxo el qual yo le

considero, hacen que Casas pueda ap

arecer en el trabaxo que estoy

haciendo con los colores que le s

on debidos; y si sus proyectos a

veces son visionarios, y su modo de disputar francamente acre y

enconado, no por eso su carácter y sus miras dexan de ser

infinitamente respetables. El entusiasmo y el fanatismo, de

cualquiera clase que sean, desdor

an con sus declaraciones la

gravedad de la historia; pero es

preciso, también, guardarse mucho

de sacrificar y de subordinar la

verdad a circunsta

ncias locales y

momentáneas, y a lo que se llaman

miras políticas y máximas de

estado. Estas máximas varían; la ve

rdad, la equidad y la razón no

varían jamás. Pero dexemos esta

predicación y vamos a otra cosa.

Siento ya haber hecho a V. la i

ndicación de que se copiase lo

de Barrantes: yo no me figuraba que

fuese tanto; y no siendo muchas

las especies que, según me presumo, podr

án sacarse de él para añadir

a la vida de Guzmán, ya escrita e

impresa, era escusada, a lo menos

por ahora, la molestia y gasto que se

han invertido en copiar tantos

pliegos. Sin embargo, veremos lo que dan de sí.

Recorreré quanto antes la vida de

Cervantes, por

Pellicer, y la

devolveré. Irá también, entonces, la historia de Remesal, ya

evacuada, y qualquiera de los demá

s libros que han venido y pueden

hacer falta, pues se reduce a sacar inmediatamente de él los apuntes

que necesite, y ponerle corri

ente para el viaje. V. me avisará con

tiempo de ello, pues podrá llevarlos

mi primo ahora, que no tardará

en dar una vuelta por ahí. Doy a V., de paso, las gracias por el

agasajo y aprecio que

le ha manifestado.

No hablemos, por ahora, nada de

Hernán Cortés, pues hasta salir

de Casas y Pizarro, y según salga de

ellos, es quando será tiempo de

que pensemos en él.

Me ha dicho mi primo que está V.

de buen ver y de buena salud;

lo qual celebro mucho. Mil afectuos

as expresiones a la Señora y

familia, y queda de V. siempre affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].

Epistolario

Manuel José Quintana

 

Copyright (c) Universidad de

Alicante, Banco Santander

Central Hispano 1999-2000

 

Epistolario Manuel José Quintana




4 de Julio.

Mi querido amigo: He recibido

las dos cartas de V., de

Villaviciosa, y, en la última, el recibo de Baulenas, con el qual he

tomado de Blanco los 1.715 r.s que rezaba. Sin saber que V.

estuviese fuera de la corte, le dí a V. esta impertinencia; luego lo

supe, y, viendo que paso algún ot

ro correo sin contestación,

encargué a Regás que se informase de

si V. había podido recibir mi

carta, con el objeto de poder dar

yo, aquí, alguna razón a Blanco,

que me preguntaba si estaba hecho el encargo. Tal vez habrá escusado

Regás esta diligencia con la carta que V. me ha dirigido por su

mano. Este negocio, en fin, está completamente evacuado, y, así,

vamos a otra cosa.

Lo que importa, sobre todo, es que

V. se halle restablecido, y

que la S.ra vuelva también repuesta

de sus achaques; y no sé yo cómo

habiéndoles ido a vstedes tan bien,

dejan tan pronto su rusticación.

A mí de salud me va bien, por a

hora, y, del mismo modo, a toda la

familia; mi prima Inesita es la que ha empezado a resentirse de

dolores reumáticos, y, acaso, tendrá que salir a baños este verano.

En quanto a mi trabaxo sobre Cerv

antes, sepa V. que yo no te

intitularé Vida en el caso de

que, por alguna casualidad, le tenga

que publicar sólo. Llamaráse Discurso

sobre la vida y obras de aquel

escritor, y así escusará las compar

aciones, que son siempre odiosas,

y toda idea de emulación ni con lo

s pasados, ni con los presentes.

Pero esto es hablar de la mar.

¿Cómo he de pensar yo, ni por

soñación, en imprimir, ahora, cosa ninguna mía?

Veré si, en este Verano, puedo sa

lir, mal que bien, de D.

Álvaro de Luna: y, en el Invierno, daré un buen repaso a Casas y

Pizarro, de manera que queden, no co

mpletos, porque esto sin los

documentos que me faltan es imposible

; pero, a lo menos, legibles y

preparados para recibir las mejoras y adiciones que los amigos me

aconsejen y el tiempo pueda darles

después. Lo mismo haré con don

Álvaro, después de revisados y timados los otros dos.

He recibido ya los dos tomos de la

España poética de Maury: y,

por cierto, que le, hace muchísimo

honor, no sólo a su talento y su

buen gusto, sino también su carácter. Yo debo estarle sumamente

agradecido por el honroso lugar que

me ha dado en ella, y es muy

posible que él sea tachado de

parcialidad por un aprecio tan

sostenido y tan declarado. Diga V.

al amigo Navarrete, cuando le

vea, que me parece imposible que Maury no haya contestado a la carta

que le escribí, a fines del año pa

sado, y que le dirigí por su

medio; como también que entonces no

me enviase el primer tomo. Esto

me lo persuade la remisión, seca

y desnuda, del tomo 2.º que ha

verificado después; y así que encargo a su diligencia la indagación

de cuándo y con quién ha podido rem

itir aquél la contestación a mi

carta, y el dicho tomo l.º, pues, en su cortesía y amistad, no es

posible que haya pro

cedido de otro modo.

Me alegro que Martínez haya empezado a publicar sus poemas. Él

tiene un talento eminente, y, en cualquier género en que se

exercite, se distinguirá sobremanera.

Ya sabía yo que tenía hecha un

Arte poética; pero no me la leyó, al tiempo de leerme otras cosas

suyas, por no tenerla puesta algún tanto en limpio. Ellos todos se

lucen por allá mientras

uno se pudre por aquí.

Cuídese V. mucho, expresione

s a la Señora, de cuyo

restablecimiento me alegro mucho, como del de V., y queda suyo, como

siempre affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

6 de julio.

Amigo mío: Recibo la de V., del primero del corriente, y siento

mucho la indisposición que V. pa

dece. Ella es propia del tiempo,

pero incómoda: deséchela V. pronto, cuídese mucho, y consérvese para

su familia y los amigos.

Una vez que no ha cuajado esta oc

asión para despachar algunos

cuadros y manuscritos, tengamos paciencia y aguardemos otra que sea

más feliz. Lo que V. haga, doy por hecho, y, así, nada tengo que

añadir sobre el particular.

Ya están empezadas a tirar las primeras líneas en la vida de

Casas. Veo que Remesal en toda la

primera época, desde que el

Licenciado canta Misa hasta que se

mete Frayle, se contenta

generalmente con seguir a Herrera,

y, en partes, le copia a la

letra; después es más abundante e instructivo.

El proyecto de pasar ne

gros al Nuevo Mundo es bastante anterior

a los tiempos en que Casas empezó a bullir. Sobre esto hubo cédulas,

permiso y contratasas del gobier

no, anteriores a la propuesta

verdadera o imaginada de Casas. Así él, quando menos, está limpio

del cargo de haberlo inventado:

he hallado estas noticias en el

nuevo repaso que he hecho en Herrera, y, por consecuencia, no hay

necesidad de que V. se moleste en recorrer ese otro librote, ni

hacer el memorial que piensa, si lo ha de hacer por esto solo.

Mucho me alegrara de que encontrase el Elogio francés: quisiera

que, con el epítome de Casas, de la Imprenta Real, viniese también

el de Sepúlveda: en otro tiempo los vendían sueltos con los

retratos; pero, ya para escusar

gastos, si no los quieren dar

sueltos, podrán copiarse uno y otro.

Pienso en el verano salir de la

Vida de Casas, y ensallarme,

con ella, para emprender en el

Invierno la de Cortés, que por

necesidad tiene que ir más esmerada, así por el argumento como por

las grandes plumas que ya le han tr

atado. V. envíeme esos librotes y

quanto crea conveniente para dar

novedad del escrito, y pueda

enviarse. Aún no sé quándo saldrán de

aquí los zarceños; pero me

figuro que no será hasta que esté co

ncluida del todo la recolección

de granos.

Luego que esté despachado el Reme

sal lo devolveré a la primera

ocasión que se ofrezca, y, del mismo modo, las demás obras que

vengan y V. necesite para no descabalar la colección.

Aquí no hay novedad: todos saludan a V. Hágalo de mi parte a la

familia, y queda suyo affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

26 de Julio.

Mi querido amigo: Mucho gusto me ha dado V. con decirme la

resolución de Antoñito, que me parece la más racional que pudiera

tener en su caso, y manifiesta lo bi

en puesto que tiene el seso y el

juicio acertado que hace de las cosa

s. Yo le doy a V. el parabién

por esa generosa inclinación, y lo que es preciso es aprovecharla, y

que V. y él se propongan hacerte un buen profesor, puesto que está

en parage y con medios de llegarlo a ser.

Incluyo la carta para Castellos,

padre, que me ha parecido

mejor que V. se la lleve que no di

rigirla en derechura, por la

incertidumbre de los correos. No me

atrevo a asegurar a V., a punto

fixo, cuál efecto podrá hacer. Hemos corrido muy bien siempre, y en

todas ocasiones me ha asistido a mí y a los míos con puntualidad,

generosidad y cariño. Pero me parece

que, la altura y atmósfera en

que ahora se halla, le hacen r

ecelar hasta del viento. Dígolo

porque, habiéndole escrito, año y medi

o ha, pidiéndole vacuna para

una niña, sobrina mía, me envió la

vacuna, pero sin contestación. En

fin, V. le verá, y de lo que diga

y haga deduciremos su buena o

tibia disposición. De cualquiera mo

do, no creo que la diligencia

perjudique.

Desde que entró el mes, los calo

res son aquí excesivos, y, por

consiguiente, don Álvaro va poco a poco. Los malos libros sirven

algunas veces de algo: un tomo suelto que casualmente he encontrado

aquí del ilegible y fastidioso comp

endio de Ortiz, me ha dado la

resolución de la duda sobre la épo

ca de la muerte del Condestable:

dice en una Nota que fue el día 2

de junio de 1453, y se refiere,

para ello, a un diario de la Orde

n de Santiago, o llámase Kalendas

de Uclés, donde se fixa esta fech

a, y, también, a un pasage de una

Crónica de Valladolid, manuscrita, que

conviene en lo mismo. Siendo

esto así, ya no hay contradicción

entre el resultado que presentan

las noticias de las Crónicas y lo

s documentos y la narración del

Médico del Rey. Vea V. la nota de Or

tiz, que está en el tomo 5.º,

pág. 281, y, también, los opúsculos de Monles que allí cita.

Igualmente vea V. si hay algo de ello en Rades.

Quedo enterado de lo que V. me dice sobre la falta de

contestación de Maury; pero no acabo de comprender cómo un hombre

que me trata en su obra con tan al

to aprecio y deferencia y, al

mismo tiempo, con tan gran afecto, de

xe de contestar literaria y

amistosamente a una carta que recibe mía, al cabo de veinte años en

que nada nos hemos dicho, y en los mi

smos días en que está dando al

público una prueba tan solemne de la estimación en que me tiene. De

todos modos esto me obliga a guardar igual circunspección, y, así,

yo suspenderé la carta que pensab

a escribirle a consecuencia de

haber recibido su obra. Dígalo V. así al amigo.

Me parece que los viajes de éste

van muy lentos, y no quisiera

yo que desaprovechase este buen

tiempo para apresurar su

publicación. Paréceme que debe sacrif

icar algo a la claridad: si por

aguardar a completar las noticias

y documentos que su incansable

diligencia se procura de todas partes

, la cosa se dilata y después

no se concluye, él y todos lo hemos de sentir mucho.

Acábese V., por Dios, de poner bueno, y, dando expresiones a la

Señora, familia y amigos, ame siempre a su invariable,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

30 de Julio.

Mi querido amigo: Con un merchán de

reses, que ha salido estos

días de aquí, envío la Vida de Ce

rvantes, de Pellicer, y las cartas

de Hernán Cortés: Regás las recogerá y se las llevará a V.,

recogiendo cualquiera rebusquillo que

tenga V. que enviarme, y, si a

V. le parece, podría venir la Hi

storia del Perú por el Inca

Garcilaso, que no dexará de ayudar en algo para la vida de Pizarro.

Esto se entiende en el caso de que V. le tenga y no le haga falta.

La tarea adelanta poco ahora: el calor que aquí hace, en estos

días, es infernal, y yo apenas me si

ento con potencias ni de cuerpo

ni de ánimo para hacer nada. Luego que se temple algún tanto, me

aplicaré a la obra con brío, y veré

si puedo tenerla volteada para

quando entre de veras el Invierno, es

tación que tengo destinada para

dar la segunda mano a la Vida de

Casas, con presencia de los

documentos que V. me ha enviado.

He escrito al amigo sobre sus dos

tomos. Le he dicho, o por

mejor decir, indicado francamente mi parecer, aunque no con la

prolixidad necesaria, porque esto pediría conversación y no cartas.

No debe extrañar que la venta vaya

despacio: esta clase de obras no

se despacha con la priesa de las N

ovelas o los Diarios: la utilidad

las hace, al cabo, vender; pero es

según las va necesitando el que

ha de sacar partido de ellas.

Esta no es época a propósito de

libros, y mucho menos de erudición, como, en último resultado, es el

de nuestro amigo.

Agradezco mucho a Miñano el recuerdo que quería hacer de mí y

me alegro que su trabajo tenga la

recompensa que es debida. Sería

bien que trabaxase con el esmero correspondiente: yo supongo que

habrá enmendado en el artículo Baylén

el garrapatín histórico que ha

dexado correr en la muestra, equivoc

ando al Arzobispo D. Rodrigo con

el Cardenal Cisneros.

Bueno será despachar esos libros en

el dinero que V. dice: así

me ayudaría a costear una capa que

necesito para el abrigo de

Invierno, y el trasiego de mis libro

s, no menos preciso para mi

entretenimiento y mis trabaxos.

Cuídese V. mucho; expresiones a la familia y ame V. siempre a

su affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

4 de Agosto.

Mi querido amigo: Quedo enterado

de quanto V. me dice en su

carta de 26 del pasado, y celebro infi

nito la noticia que V. me da

de esos dos tomos de Llorente en

que están traducidos los opúsculos

de Casas, y también se halla la defe

nsa que hizo de él Gregoire: tal

vez a esto sólo se re

duce el escrito, que yo equivocadamente tengo

por elogio. De todos modos, el tener

estos tomos a la vista me hacía

mucho al caso, ahora: y, por lo

mismo, escribo hoy mismo, a Regás,

que tuvo bastante mano con las cosa

s de Llorente, porque vea si

puede procurármelos, en el caso de que V. no los encuentre y, para

eso, le digo que se vea con V. Será mejor que vengan prestados,

¿porque para qué hacer el gasto de

comprarlos? Y los despacharé

presto y los volveré a

enviar puntualmente.

Ahora cabalmente hay proporción de

que puedan venir con un

merchán de reses que va para vol

ver pronto, y, aunque no pueda traer

un caxón, puede traer un paquete, y

éste puede componerse de los

tomos dichos, si no son muy abultados, de los epítomes de Casas y

Sepúlveda, de alguna apuntación que V.

tenga hecha para mi uso en la

tarea presente, y de otras futesillas

que tiene que enviarme Regás,

y él cuidará de poner en poder del merchán.

El calor se explica, ya hace días

, aquí, de una manera cruel, y

unos flatos nada agradables que la

s aguas y los ayres del pays me

causan, estorban que adelante mucho en la Vida comenzada: con el

fresco irá más vivo el trabaxo.

Muchas cosas al amigo Navarrete,

cuyos viajes deseo mucho que

salgan a luz quanto antes. Expresiones a la familia; y queda de V.,

como siempre, affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

28 de Agosto.

Amigo mío: He recibido su carta

del 23, y ya tenía en mi poder,

tres días antes, los epítomes con

los apuntes sobre Casas. El de

Sepúlveda le había yo hecho, y quería

refrescar las ideas que en él

puse, olvidadas ya al cabo de treint

a años; son las mismas que ahora

tengo, y la vida que estoy escrib

iendo será una ampliación y

comentario de ellas. El de Casas

se escribió después, no sé por

quién: está muy pobre de noticias, y

en algunas, principalmente en

las del principio, no está conforme

con Remesal, y yo me atendré a

lo que este historiador dice, que de

bió enterarse mejor. Los apuntes

que V. me envía hacen muy al caso, y no se descuide V., quando esté

de vagar, de remitirme, por este estilo, quantas indicaciones le

parezca que convienen.

De ningún modo quiero que V. exponga a los riesgos de un camino

tan largo los documentos respectivos

a Hernán Cortés. Lo que quiero

tener aquí son sus cartas, su vida

por Gómara y la obra de Bernal

Díaz, las cuales, con el Herrera,

son bastantes para bosquexar la

vida de aquel hombre extraordinari

o, quando, acabada la de Casas, me

encuentre con humor y disposición para ello, y ocupar de este modo

algunos ratos. Yo avisaré a Regás

quándo podrán venir estas tres

obras, y entrégueselas V. cuando él

se las pida, y también la vida

de Cervantes, porque todo venga a su tiempo.

Los calores se han acabado ya a

quí, habiéndose anticipado las

aguas del otoño un mes cabal de lo qu

e suelen. Casas ganará en ello

porque irá más vivo el trabaxo. Siento que no parezcan sus opúsculos

traducidos; pero confío en que, al

cabo, la diligencia de V. dará

con ellos. Se dexa conocer bien qu

e la exposición de la doctrina de

Casas, no puede hacerse bien sin r

ecorrer sus escritos, y esta es

quizá la parte más importante y curios

a de su vida. Yo, por ahora,

no haré más que apuntarla, dexando su rectificación y ampliación

para adelante, quando pueda haber a

mano sus diferentes escritos.

Por lo que toca a la parte histórica,

la daré, desde ahora, todo el

complemento posible.

Recuerdo a V. que de Oviedo no necesito más que los dos

testimonios del escribano Valder

rábano; y, así, Antoñito no

necesitará molestarse en copiar

los dos capítulos enteros.

No extraño que no se presenten marchantes para los cuadros y

manuscritos: esas cosas estarán ahí

por los suelos y se hallarán a

puntapiés, mientras que el dinero

andará por las nubes. Añádase a

esto ser la cosa mía, y, como

tengo tanta fortuna en todo, es

regular que a pesar de la mucha diligencia de V., no se despache en

mucho tiempo ni una hilacha. Pero tendremos paciencia y dexaremos

correr el tiempo.

Expresiones a la Señora, y disponga

V., como siempre, de la

voluntad de su affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

31 de Agosto.

Mi querido amigo: Está bien que se

haya quedado ahí, por ahora,

Garcilaso; yo seguiré bandeándome

con Herrera, de quien iré tomando

todo lo que me parezca conveniente para mi intento. Después se

rectificará todo con la vista de

los otros. Pienso, con efecto,

aprovechar todos los buenos ratos del otoño, y ver si puedo

adelantar este trabaxo sobre Piza

rro de modo que su vida esté

terminada, o para concluirse, a

la entrada del invierno, y luego,

como ya creo haber dicho a V., dar de nuevo una mano a la de Casas.

Pondré a su tiempo, en la Vida

del Cid, la correspondencia de

Halaet con Aledo, y, hasta en la

de Guzmán, las adiciones

importantes que resulten de los pa

peles copiados de Barrantes. He

visto, por la nota inclusa en los que

han venido ahora, lo que ha

costado la copia, cuyo importe

supongo que habrá V. abonado a

Barcones, y, como ese pellizco no de

ja de ser de consideración para

los tiempos presentes, quisiera que

V. se cubriese al instante de

él, y, por lo mismo, no tenga V. repa

ro en despachar cualquiera de

esos cuadros en lo que ofrezcan por ellos. Los Desposorios, por

exemplo, si siguen ofreciendo los 80

0 reales que V. me indica,

déselos V. al instante; y, así, se

cubrirá el importe de la copia de

Barrantes, y, con el resto, el vacío que dexa en mi angustiado

bolsillo el costo de la capa que

he tenido que hacerme; y podré

proveerme de zapatos por algún tiempo.

Volviendo a Pizarro, yo no sé cómo hablará Oviedo de su

carácter, pero me parece que qua

ndo aquél cronista pudo tratarle,

era otro hombre de lo que fue después. Esta diferencia que

produxeron en él los sucesos, el pod

er y las riquezas, resulta bien

clara en Herrera. También advierto en este historiador bastante

parcialidad en favor de los conquista

dores en todo lo que pasó con

el Inca desde las comunicaciones prim

eras hasta su muerte. En fin,

veremos lo que resulta después que el bosquexo esté hecho.

Al amigo N.te escribiré largo en

uno de estos correos próximos:

es preciso que no se desaliente, y

yo quisiera muy mucho que no se

detuviera en ilustrar demasiado lo

sabido, sino que anticipara lo

que está inédito e ignorado.

Adiós, amigo mío, cuídese V. mucho, y ame siempre a su affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

27 Septiembre.

Mi querido amigo: Ha llegado

el tiempo de hacer algunos

encarguillos de invierno a nuestro Regás, y, para su compra, he de

merecer de V. que le entregue aquel pico que quedó de los dos mil

reales de los pergaminos. Esto se en

tiende en el caso de que no le

sirva a V. de incomodidad, porque, siendo así, no hay nada de lo

dicho, y aguardaré a otra ocasión,

Por los documentos de que V. me habla, en su última del 18 del

corriente, relativos al Condestable

D. Álvaro, no debe quedar duda

del día de su execución y queda aclara

do cómo el Rey estaba entonces

en Valladolid, según dice Cibdad Real, y, a fines del mismo mes, en

Escalona, según rezan las Crónicas y los documentos diplomáticos.

Con la entrada del fresco he vuelto

a poner mano en es

te trabaxo, y

quisiera tener humor y cabeza para te

nerle rematado para Diciembre.

Veremos si hay valor para ello.

No dudo que serán curiosas las nu

evas ilustraciones sobre los

primeros descubrimientos y empresa de

Colón; pero es lástima que no

hayan hecho parte de los dos tomos

anteriores donde al parecer era

su lugar. Y no importaría que ocupase

n el hueco de otros documentos

menos importantes que allí hay, y que a muchos, tal vez, no

parecerán sino objeto de una

estéril curiosidad.

Escribo a V. por medio del amigo, en la duda de si habrá ya

tomado la resolución de hacer otro viaje a Villaviciosa, según V. me

indica en su carta. Yo me alegraré de

que su salud se mantenga firme

de modo que no lo necesite: y si

, al fin, va allá, que logre

reponerse como desea, y vuelva má

s fuerte y robusto que nunca.

Yo sigo tal cual, y siempre de V.,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].


 

Epistolario Manuel José Quintana

Copyright (c) Universidad de

Alicante, Banco Santander

Central Hispano 1999-2000

 

 

Epistolario Manuel José Quintana

 



 

2 de Octubre.

Mi querido amigo: No he contes

tado a V. antes por estar

aguardando a que llegasen, de un dí

a a otro, los encargos y poder

dar razón de su venida. Con efecto,

llegaron antes de ayer sin la

menor avería, y estoy muy contento de tener a la mano estos librotes

que me harán muy buen servicio.

Conforme se vayan desocupando

volverán a desandar lo andado para

reunirse con los demás de la

Colección; y el primero que irá será

el Remesal, porque será el que

se desocupe antes.

Él y Herrera están acordes, no só

lo en los hechos, sino hasta

en las palabras, en lo que cuentan

de nuestro Fraile desde que cantó

misa hasta que se metió Dominico. Pr

ueba de que Remesal se contentó,

en esta parte, con copiar literal

mente a Herrera, o lo que es más

verosímil, que los dos han copiado a otro anterior, que será el

mismo Casas. En Herrera se dexa conocer, como a tiro de ballesta, lo

que él componía de suyo de lo

que copiaba a la letra de los

memoriales y documentos que tenía

a la vista, y esto último es

muchísimo.

Me alegro mucho que, al tiempo de recogerme V. datos para lo

que se está haciendo, se acuerde ta

mbién algo de lo que en otro

tiempo se hizo, y que el Cid, Guzmán y Gonzalo le deban a V. algún

cuidado. Mi intención es reimprimir

las vidas antiguas al tiempo de

publicar las tres nuevas, o las quatr

o, si puedo abarcar también la

de Pizarro. Dando por supuesto un re

paso muy detenido a aquéllas,

con las enmiendas y adiciones que se pueda. Ya se acordará V. que

tuve en otro tiempo en mi poder la

Crónica ms. de la casa de Medina

Sidonia, por Barrantes Maldonado, que

existe en el archivo de

Villafranca, y de ella fui sacando al

gunos apuntes para mejorar la

vida de Guzmán. Pero, muy a los prin

cipios de este trabaxo, vinieron

las revueltas, y devolví el códice

para que no se estraviase. Si V.

pudiera haberle a las manos podríamo

s continuar este estudio,

diciéndole yo a V. desde aquí lo que convendría sacar y apuntar de

allí.

De todos modos váyame V. proporcionando los apuntes y noticias

que sus [...] den de sí; y yo, por de

contado, y la historia patria

también, si es que yo la hago algún servicio en esta clase de

trabaxos, le viviremos muy agradecidos.

Mil cosas a la Señora y amigos; que se acuerden de mí, y queda

de V. siempre affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

8 de Octubre.

Mi querido amigo: Vayan bendito

s de Dios, en hora buena, a

correr el mundo los retratitos y los dos bocetos, ya que la dura ley

de la necesidad así lo tiene decretad

o. La venta me parece bastante

buena, y el socorrillo que proporciona

es ya de alguna consideración

para consolar por algún tiempo un bo

lsillo tan estropeado como el

mío. Descúentese, pues, el importe

de la copia de Barrantes y

cualquiera otro gastillo que se haya ocasionado, y venga lo demás a

mí, llenando las atenciones indispensa

bles que aquí ocurren. Porque,

como ya tengo indicado a V., estas gentes, a pesar de su buena

voluntad, están en un estado tal que, en vez de poderme dar

auxilios, tengo yo alguna vez que sacarlos de algún apuro. Quando yo

digo que venga, es en el entender

de que V. no necesite del todo o

parte de la cantidad, pues, en caso de necesitarlo, V. debe quedarse

con lo que guste.

Veamos si ese O-Rich viene y t

odavía le dura la gana de los

mamotretos. Si se verifica la venta,

entonces me dirá V. si será

ocasión de atender con su producto

al trasiego de libros que pensé

meses ha, y todavía no se ha hecho por lo embarazosa y costosa que

es semejante diligencia.

Tengo a Pizarro hace días cerca de Caxamalca y ya empezando sus

grandes aventuras. No he adelanta

do más porque, desde que empezó a

mudarse la estación, he comenzado a

padecer unos ataques de flato de

estómago que tienen su punta y molestias de cólicos, y no me dexan

gusto para nada. Hace ya ocho días que estoy mejor; pero no acabo de

echar fuera el mal, ni creo que lo

echaré hasta que llueva de firme.

Me alegro mucho que haya cos

echa abundante de documentos donde

examinar y rectificar todo lo pa

sado con el Inca. La relación de

Herrera no me gusta, y me parece muy parcial con los vencedores: de

cuando en cuando se le escapan

indicaciones que están en

contradicción con lo general del contexto, y esto hace indeciso el

juicio, y dudar de lo demás. En fin: verémoslo todo, y, si es

posible, se pintará la cosa como corresponda.

Adiós, amigo mío; cuídese V. mu

cho, y disponga, como siempre,

de su affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].


 

El dinero se pondrá en poder de

don Silvestre Abad Aparicio,

que vive calle del Príncipe, númer

os 5 y 6. Este sugeto, en el

recibo que dé, deberá expresar

que es por quenta y favor de

Francisco Monico Mora, vecino de la

villa de Cabeza de Buey, Factor

de las Rentas de Santiago, en el Partido de los Montes de Toledo.

Con este recibo, que V. podrá remitirme por el correo, cobraré yo

aquí la cantidad.



 

21 de Octubre.

Mi querido amigo: Ha llegado el

recibo de los 6.220 reales y,

al golpe, se ha cobrado y hecho efec

tiva dicha cantidad, con lo cual

queda felizmente orillado este negocio.

La venta, repito, ha sido tan

buena como oportuna. Es verdad

que es de sentir quedarse sin los

retratitos. ¿Se acuerda V. de la

noche en que nos divertimos tanto Pugeo, V. y yo, escogiéndolos

alternativamente según la paja que

nos había tocado? ¡Qué de cosas

han pasado después acá! Siempre fueron compañeros míos en todas mis

fortunas, y, por eso y por su mé

rito, yo les tenía gran cariño.

¿Cómo ha de ser? Paciencia; una ve

z que la pícara suerte se ha

empeñado en que no los había de disfrutar por más tiempo, más vale

así que de otro modo.

Convengo muy gustoso en lo que V. me dice respecto del trasiego

de libros.

Son muchas las inexactitude

s, o, por mejor decir,

contradicciones de Herrera en la jo

rnada de Pizarro a Caxamalca. La

cronología, sobre todo, está tan embrol

lada que no se entiende bien

quándo sale, quándo llega y qué hace al

lí hasta el Viernes de la

Cruz, que fue el día en que sucedió

el desbarate y

prisión del pobre

Inca. Este autor trabajaba sobre buenas relaciones; pero muy

deprisa, contentándose a veces en co

piarlas a la letra, sin tomarse

la pena de releerlas y acordarlas

entre sí. De ahí su pesadez, sus

repeticiones y también sus errores, qu

e desdicen mucho de la fama de

puntualidad que se le ha dado. Yo,

por ahora, me contento con

extraer, a mi modo, la sustancia de los hechos: después se

rectificará todo con la vista de es

os otros documentos. Lo que me

enfada más es la parcialidad con que

el Decadista refiere lo que ahí

pasó, y el conato que se advierte en

él de justificar y de ensalzar

cosas y personas que, por lo mismo que él cuenta, son incapaces de

disculpa ni de alabanza.

Ya ha empezado a llover con fuerza, y yo voy mejor de mis

flatos. Los paseos convendrán sin duda; pero hasta ahora el calor no

los consentía. V. no tiene idea de cómo esto está en Verano: es una

verdadera Arabia pétrea.

Yo creía que Veral había muerto

antes de salir yo de esa: era

buen hombre, y de gusto fino en cosa

s de artes; mostraba estimarme

mucho, y me hace sentir su muerte segunda vez.

Adiós, amigo mío; consérvese V.

bueno, en compañía de la Señora

y familia, y queda suyo, como siempre,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

23 de Octubre.

Amigo mío: En este mismo correo dirige mi primo D. Josef

Pizarroso una solicitud

a S. A. sobre rebaxa

en el precio de las

yerbas, que tiene arrendadas, por la

s razones que expresa, ya que no

hubo lugar a la que hizo el año pasa

do sobre que se le diese otra

posesión. Lo aviso a V. para que

, si tiene toda

vía proporción,

repita los buenos oficios que hi

zo antes, y veamos si puede

conseguirse alguna ventaja.

He recorrido en estos días los libros que V. me remitió

últimamente y he tenido, sobre todo, el mayor gusto en la lectura de

Bernal Díaz, pues, aunque le había

leído en otro tiempo, hasta ahora

no he conocido lo que vale. No le falta a este libro, para ser

considerado como el documento más precioso de las cosas de América,

más que la circunstancia de no es

tar impreso, y Robertson tenía

razón quando decía que era uno de lo

s más singulares que se habían

escrito jamás.

Mi hermano Pepe, que pasa ahora a Burgos con su mujer, y estará

ahí algunos días, saludará a V. de mi parte.

Manténgase V. bueno, y, dando expres

iones a la Señora, disponga

de su invariable,

M [anuel] J [osef] Q [uintana

].A D. Antonio Uguina.

Calle de la Salud.

Madrid.



 

28 de Octubre.

Mi querido amigo: He recibido

la carta de V., del 18 del

corriente, y siento muy mucho las in

disposiciones que V. me cuenta

de sí mismo y sus hijos. Yo espero

que, con la igualdad de tiempo

que ha empezado, estén vstedes todos

mejor, y que el Invierno les

pruebe mejor que el Verano. Por acá no hay novedad particular.

Regás entregará a V. las dos Crónicas de D. Juan el 2.º y D.

Álvaro de Luna, con la Vida de

Cervantes por Navarrete, que le

dirijo a él con un arrier

o zarceño que sale estos días para ésa. No

crea V., por eso, que está acabada

la vida de D. Álvaro; al

contrario, está todavía muy en mantillas: el calor y el mal humor no

la han dexado correr tanto como yo quisiera. Pero habiendo, ayer,

encontrado casualmente las dos Crón

icas, y estando ya despachada la

Vida de Cervantes, no he querido dete

ner más aquí esos libros por si

acaso no son de V. y hacen falta.

Con efecto, ya no debe quedarnos duda del día en que murió el

Condestable, y, con esa av

eriguación, se aclara bien y se resuelve

la contradicción en que, al parecer

, están las dos Crónicas con la

relación del Médico del Rey. Así pudi

éramos averiguar, con igual

fortuna, el año y lugar en que nació;

pero esto será más difícil,

quizá imposible, atendido el cuidado que él y su familia habían

tenido de desvanecer estos principios que, a la verdad, no le hacen

favor por la parte de su Madre.

Yo no digo que no sean muy intere

santes los nuevos documentos

sobre Colón; pero repito e insist

o en que no sería bien que por

ellos se detuviera o prolongase dema

siado la continuación de la obra

según el plan convenido. Acuérdese

V. de cuántas obras hay entre

nosotros empezadas y no acabadas: digo que lo mejor es ganar tiempo

y aprovechar la buena coyuntura: yo

, si fuera que el amigo, daría

aprisa toda la colección, y publicar

ía, después, por apéndices, lo

verdaderamente interesante que en

tretanto se fuese encontrando.

No ha venido a mis manos aún el Arte poética, y no espero verlo

hasta que V. me lo envíe. Ya me

presumía yo que una obra que cita

Maury en la suya era la traducción

de [...] al español que la ha

hecho, la ha enriquecido de las nota

s e ilustraciones

que necesita

para dar completa idea de los re

inados que comprende: si se ha

contentado con solo traducirla no

ha hecho más que la mitad del

trabaxo. Bien me alegrara yo que

semejante cosa corriese en

castellano, y aún si hubiera tenido aquí el original, que se halla

soterrado con mis demás libros,

me hubiera entretenido, a ratos

perdidos, en adelantar algo en ello; pues es trabaxo más fácil y

ligero y empresa bien necesaria.

No dudo que será bien bonita la

impresión del Quixote por

Didot; pero estas edicio

nes compactas no son ya de mi gusto: tengo

perdida la vista, y estoy escrib

iendo a V. con anteojos, y esta

falta la atribuyo a la manía que

tuve, cuando joven, de leer en

libros de letra piojosa porque me

parecían entonces más bonitos.

Para cuando más adelante trate de

revisar las Vidas de Casas y

Pizarro necesitaré de las inve

stigaciones de Pow sobre los

Americanos y de las cartas de Co

rli: vaya V. viendo cómo me las

podrá procurar, que yo avisar

é cuándo podrán venir.

Cuídese V. mucho, y, dando expresiones a toda la familia,

disponga de su siempre affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana]

 

Regás me avisó ya de haber reci

bido aquel piquillo y aun de

tenerte ya empleado en los encarguillos que han de venir.



 

7 de Octubre.

Mi querido amigo: Recibí la de

V., y con ella, el sentimiento

del ataque que está sufriendo: yo espero que ya estará V. repuesto,

y le pido que se cuide mucho para su familia y para sus amigos. En

este correo encargo a Regás que haga

a V. una visita, en mi nombre,

para saber yo cómo se halla V., sin necesidad de que V. se moleste

en escribir hasta que pueda hacerlo sin perjuicio de su salud.

Pizarro está al concluirse: sale

más largo de lo que pensé;

pero esta vida es un escollo,

por la falta de unidad y, por

consiguiente, de interés que hay en los sucesos.

Adiós: expresiones a todos los de

casa, y es de V. siempre su

affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].

A D. Ant.º Uguina.

Calle de la Salud.

Madrid.



 

8 de Diciembre.

Mi querido amigo: Mil y mil gr

acias por las diligencias

practicadas en favor de la solicit

ud de mi primo; y está muy bien

que cese en el punto en que se cons

idere que pueden traer perjuicio:

bueno está lo hecho, y, al fin, obr

a Dios, como suele decirse.

Si la acusación contra Casas es meramente de haber propuesto

que se llevasen negros a América,

como otros ciento lo propusieron

entonces, aunque con diverso espí

ritu que él, el cargo es

irrecusable, porque Herrera y Re

mesal están conformes en que

expresamente lo propuso a los ministros de Carlos V. en el año de

1517. Pero si se le acusa de haber si

do el primero que indicó esta

medida al Gobierno y la hizo vale

r y practicar, ya, entonces, el

cargo no tiene fundamento, pues ya, desde el tiempo de Ovando, se

pensó y executó este trasiego de ho

mbres. Como yo no tengo libros a

la mano, no puedo resolver esta duda y ver los términos en que

hablan de esto Reynol Robertson y demás escritores filántropos. V.,

que podrá registrarlos, me dirá qu

ando quiera el modo en que se

explican sobre el particular.

Ya tengo a V. dicho, y repito ahora,

que haga lo que le parezca

en cuanto a libros y cuadros, pues

sé muy bien que su fina amistad

procurará más ventajas en mi favor

que las que yo sacara por mí

mismo. No me es posible desde aquí hacer una regulación abonada del

precio de esos manuscritos, y me ex

pondría, si la hiciese, a marrar

por alto o por baxo. Consúltelo V

., si puede ser, con alguno que

entienda de esa clase de comerci

o, y que éste los tase según el

valor que tendrían en tiempo en que

estas curiosidades se estimasen.

Después V., al tratar de su desp

acho, podrá hacer la rebaxa que le

parezca prudente en consideración al tiempo y al desprecio en que

han caído esas cosas. No me detendr

ía yo en que se diesen a ese

Señor las cuatro obras que ha señala

do por el dinero que ofrece, sin

embargo de que la sola Atalaya

de Crónicas, por la antigüedad,

hermosura y buena conservación del Códice, valga a mi parecer el

doble. Si tornase todos los demás

manuscritos podrían, aunque mal

vendidos, producir entre todos algun

a cantidad razonable que me

sirviese de algo. Mil quinientos o

dos mil reales, por exemplo, me

podrían servir para procurarme algunas cosas necesarias que me hacen

falta; pero con quinien

tos reales poco o nada me remedio. Sin

embargo, repito que haga V. lo que

le parezca; y teniendo, como V.

tiene relaciones de trato y amista

d con ese Señor, no es cosa de

llevar esto a lo gitano.

Mi parabién al amigo por su nueva

dignidad literari

a, a que tan

acreedor le hacen su mérito eminente

y sus útiles trabaxos. Ya estoy

deseando ver los dos tomos.

Adiós, amigo mío: expresiones a la familia y, cuidándose V.

mucho, disponga de su affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].



 

26 de Diciembre.

Mi querido amigo: Cuando iba a re

sponder a la carta de V., del

16 del pasado, recibí una de Regás

en que me decía que andaba V.

achacoso. Tomé de ello el cuidado que V. se podrá figurar, y, entre

las desazones bien incomodosas que

me han asaltado en estos días,

ésta ha sido de las mayores. Encargué

le que hiciese a V. una visita

de mi parte, no queriendo escrib

irle por no molestarle, pues supongo

que será el mismo achaque que el

del año pasado. Hoy me dice que,

aunque aprensivo, está V. mejor, y que da V. sus paseos como

acostumbra. De esto me he alegrado mucho, y lo que deseo es que,

cuando llegue ésta a sus manos de

V., se halle ya enteramente

restablecido.

Nada hablo a V. ni de letras ni

de historia: esto lo dexo para

cuando su cabeza esté más firme. Sólo de paso aviso a V. que han

puesto a mi disposición unas cartas

de Colón al Padre Gorricio, y a

los Reyes Católicos, y una colección de versos de su hijo D.

Fernando.

Todavía no han venido a mis manos,

y cuando las vea, avisaré de

lo que dan de sí.

Cuidese V. mucho y consérvese para su familia y sus amigos,

sobre todo, para su affmo,

M [anuel] J [osef] Q [uintana].

A D. Antonio Uguina.

Calle de la Salud.

Madrid.



 

Mi querido amigo: Tengo ya conc

luido el primer bosquexo de

nuestro Fraile; es decir, que lo

más material y pesado del trabaxo

está ya hecho, y sólo falta ilustra

r más algunos hechos, establecer

y determinar, con seguridad y despejo, los puntos de controversia,

poner bien en claro las mejoras que

los indios debieron, real y

efectivamente, a los largos y eficaces exfuerzos de su Protector, y,

en fin, limar y pulir el estilo,

dándole el color y vida que

corresponde al asunto. Para todo esto son necesarios otros libros y

otros medios de los que tengo a

la mano, y estoy por decir que

también otro campo, otro cielo y ot

ro trato: porque estas cosas

sirven a fecundar el espíritu

y a darle fuerza y vigor.

Todo se conseguiría, a la vez,

pudiendo yo dar una vuelta por

ahí y estarme cuatro o cinco meses.

Pero, como pensar en esto es un

delirio, fuerza es completar este va

cío, aunque no sea tan bien, por

otros medios menos directos. Así

es que, si puedo disponerlo,

efectuaré el viaje a Sevilla, donde

podré recorrer, si no todos, a

lo menos, muchos de los libros que necesito; aprovecharme de algo

que pueda haber, en el Archivo, y

conversar con alguien que haya

estado por allá y me pueda dar cierta

s luces y datos que sólo da la

experiencia y no se hallan en lo

s libros. Sobre todo, este viaje

serviría poderosamente a refrescar mi imaginación y darle resorte y

tono para animar el estilo. Acuérdom

e que en Sevilla di también la

segunda mano a la Vida de

Balboa, en el año 13.

Entre tanto incluyo a V., en papel separado, una nota de

algunas de las dudas y documentos que

será bueno encontrar, para

que, a su comodidad de V. y quando te

nga hum

or para ello, vea si por

sí mismo, o por los am

igos, se puede hallar su resolución y

paradero.

Por lo demás, la obra, en la form

a que hoy tiene, es la más extensa de todas las Vidas que he escrito, y, si el autor acierta a vencer las dificultades que ofrecen a la narración

algunas menudencias y pequeñeces, hijas de la

profesión del héroe, será

probablem

ente un escrito tan agradabl

e corno interesante. Allá lo

veremos. En cuanto a Guzm

án y Barrantes, también incluyo nota separada

de lo que deseo. Pero repito que todo

sea a su comodidad de V. y sin

molestarse. Porque lo principal,

que yo quiero que V. haga, es

cuidarsemucho y conservarse pa

ra sufamilia y para sus amigos.

Tengo ya ansia por ver los dos tomos de Colón; pero dudo mucho

de que puedan venir en este viaje de los arrieros, de que ya habrá a

V. hablado Regás; y, hasta que empiecen a ir por ahí los m

erchanes,

no se ofrecerá tal vez ocasión buena de traerlos.

Expresiones a la Señora, y quedade V., com

osiempre, affmo,

Manuel José Quintana.

FIN

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mese como voluntario o donante, para promover el crecimiento y la difusión de la Biblioteca Virtual Universal

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Excerpts

 

P11

Haga Vd. un

cajoncito con todo, incluyendo una resma de papel sellado de desecho

para borradores, que Vd. me comprará, la cual cuidará Vd. que sea

blanca y fina, aunque tenga los sellos. La dirección del cajón será

a D.ª Inés Pizarroso, y hágalo Vd. llegar cuanto antes a casa de mi

primo D. Clemente Reboles, que vive calle de la Encomienda n.º 9,

2.º, de donde lo recogerán los arrieros.

 

P22

Un pariente mío, sobrino carnal de Teresita, pasa a ésa a despachar unas bacas, y se presentará a V., con carta mía, a saludarle de mi parte, de mi

hermano Mariano y de mis primos. Es mozo de excelente carácter, de

razón muy despexada, y me quiere mucho; y, por todo, es muy acreedor

a mi cariño y a mi confianza: por lo demás, labrador llano y

sencillo, y con él son escusados cumplimientos y ceremonias. Este se

vuelve, fuego que despache las reses, y puede traer cualquiera

matalotage.

 

27

Téngalo V. prevenido todo, que yo avisaré quándo van los

arrieros para que V. lo haga llevar a casa de Clemente, de donde

ellos lo recogerán. Mas basta ya de encargos y molestias; manténgase V. bueno, memorias a la Señora y toda la familia; recíbalas V. de esta casa, y

disponga, como siempre, de su affmo,

 

 

50

Mi hermano Pepe, que pasa ahora a Burgos con su mujer, y estará

ahí algunos días, saludará a V. de mi parte. Manténgase V. bueno, y, dando expresiones a la Señora, disponga de su invariable,

M [anuel] J [osef] Q [uintana

 

 

34

Dígolo porque, habiéndole escrito, año y medio ha, pidiéndole vacuna para

una niña, sobrina mía, me envió la vacuna, pero sin contestación. En

fin, V. le verá, y de lo que digay haga deduciremos su buena o

tibia disposición. De cualquiera modo, no creo que la diligencia

perjudique.